No gacias mamá, estoy a dieta

No es la primera vez que entro en dieta, y creo que no es la primera vez que escribo sobre ello, con esto de que entré a trabajar y dejé de estar en mi ciudad natal la mayoría del tiempo, mis hábitos alimenticios cambiaron y también dejé de ver a mi nutriológa, y con ello aumenté de peso. No es la primera vez que me pasa, cuando me fui de casa y del país cuando regresé en mayo, regresé pesando 90 kilos ¡90! y lo peor es que nunca me di cuenta de ello si no hasta que vi las fotos que tomaron.

Es la primera vez que hablo de esto en el blog, y creo que la primera vez que entraré en profundidad en el tema, ya sé que suena ridículo subí 20 kilos y no lo noté, y es que cómo iba a hacerlo si todo lo que vestía eran pantalones deportivos, sudaderas y playeras, mi alimentación constaba de hamburguesas y subway por la tarde, huevo y jugo concentrado de naranja por la mañana, y por la noche, lo que fuera que cocinaran mis compañeras de cuarto que incluía arroz blanco.

Ahora miro al pasado y pienso en todo lo que eso significaba para mi cuerpo, todo el azúcar, toda la grasa, todos los carbohidratos, y a pesar de que caminaba, caminaba como si no hubiera mañana, era mi único método para conocer la ciudad a fondo, pero aún así el subir escaleras me cansaba, terminaba sudando, todo fue tan paulatino que pensé que era normal, hasta que regresé en mayo, mis amigos me hicieron una pequeña sorpresa, en nuestro salón donde nos reuníamos, y entonces me vi, me vi con los mismos ojos con los que me miraban los demás, es chistoso ¿no creen?, cuando uno baja de peso la primero persona en notarlo es uno mismo, pero cuando uno sube... somos los últimos en darnos cuenta.

Al día siguiente prendí mi compu, encendí la caminadora, me puse pants y comencé a correr, la primera semana fue horrenda, me faltaba el aliento, no duraba ni cinco minutos a buen paso, pero no me rendí, y seguí poco a poco hasta que por fin podía correr 45 minutos seguidos que era todo lo que duraba un capítulo de la serie en turno. Mi alimentación volvió a ser lo que solía cuando vivía en casa, pero no por ello sana, consumía toda la grasa del mundo pero al menos estaba decidida a cambiar, y abrí un blog en el cual compartía mi progreso, mi motivación y todo lo que necesitaba para yo sentirme bien.

La descripción de ese blog ahora que la leo es muy triste

"Tal vez si me cometo a mi misma a escribir aquello que requiero, seré capaz de continuar y lograrlo. Necesito sentirme bien con mi cuerpo. 20 años, México. Peso inicial: 87 kilos (Mayo 2012), peso ideal: 50 kilos. Me siento fea y gorda y me gusta el cosplay"

Usé de motivación el poder usar los pantalones de antes, comprar ropa bonita que me gustase y me quedara porque había ya llegado a ese punto en mi vida en el que toda la ropa que me gustaba no me quedaba, y era tan frustrante, hasta que me topé con Taobao, y vi que había tiendas con prendas súper monas que me quedaban, como una nota, mis medidas eran 117, 90, 113, y ver que había camisas que llegaban a 120cm de busto era lo mejor que me había pasado, así que compré cosas que me quedaban y me descuidé…

Mi peso se estancó en 76-72 kilos por mucho tiempo, estaba feliz porque volvía a pesar lo mismo de antes, pero estaba aterrada por la idea de que nunca podría lograr mi cometido. Y entonces fui con una nutrióloga que con su ayuda llegué a pesar hasta 67 kilos, lo menos que había pesado en toda mi vida había sido 64, cuando aún cursaba la secundaria y oh cielos el pensar que podía volver a pesar 64 me llenaba de ilusión.

Dejé el cosplay, todas las personas con quienes salí en esa foto dejaron de hablarme, busqué algo más que me llenara, y con ayuda de una amiga y con sus porras fue que lo logré, he hablado anteriormente de toda esa transición (x), ahora quería bajar de peso para poder usar esos vestidos tan bonitos que me  quitaban el aliento. Y lo estaba logrando hasta que decidí visitar a mi hermana, dejé de ver a mi nutrióloga y reboté no tan feo, pero aún así lo hice, regresé a 70 kilos, la vi por última vez en enero y yo seguí subiendo de peso, fui a trabajar al DF y seguía subiendo, para mi graduación ya volvía a pesar 80 kilos,  y nuevamente no me di cuenta si no hasta que vi las fotos y volví a sentir ese asco por mi persona que no había sentido luego de mucho.

Y fue que empecé una vez más, una vez más a decirle a mi cuerpo que lo amaba y a moldearlo, cambié por completo mi alimentación, estuve con ayuda de otra nutrióloga todo el camino, aún así tuve una descompensación, me desmayé, me regañaron por haber llevado mi cuerpo al límite entre el ejercicio excesivo y la nueva ingesta de calorías que era menor a lo que estaba acostumbrada, pasé de ser la persona cuyos pantalones no quedaban porque estaban chicos a ser la persona cuyos pantalones ahora quedaban grandes.

Actualmente peso 55 kilos, tres años después de haber empezado aún no llego a mi meta de 50 kilos, y aunque ya no sigo ninguna dieta y ya no veo a ningún nutriólogo, tengo un miedo tremendo a volver a subir de peso, pero aquí estoy, tres años después, perdonándome a mi misma, apreciando cada cicatriz, cada curva, cada milímetro en mi cuerpo.