El mismo día que salía mi vuelo para Tabasco era el día de mi entrega final, mi vuelo salía a las dos, y mi entrega era a las 10 am, así que me apresuré para llegar lo más pronto posible, mis papás me llevaron a la escuela, cuando llegué al salón no estaba el maestro así que dejé el disco con una de mis compañeras y de ahí a correr, llegamos al aeropuerto tipo las 11:30, nos hicimos bien poquito.
Cuando llegamos a Tabasco nos recogieron y fuimos a comer a un restaurante de gastronomía local, ya se imaginarán el menú, empanadas de peje, plátanos fritos, yuca, oreja de mico, pavo, cosas que no recuerdo su nombre por más que quisiera, todo estuvo delicioso.
El hotel estaba demasiado cerca del restaurante, podías llegar caminando sin problema alguno, y les juro que el hotel estaba hermoso en su patio tenía réplicas de las piezas que están en el Museo de la Venta, y la construcción asemeja un casco de hacienda, nos quedamos en el Quinta Real. Pero eso si, maldito hotel más caro, te cobraba por todo, el internet te costaba $139 el día, y con decirles que hasta las toallas te las cobraban, no contaban con farmacia dentro del hotel ni nada por el estilo, y por los alrededores ni una sola triste farmacia.
Lamentablemente en las mismas fechas que anduve por allá también me tocó un paro de los empleadores de limpia del ayuntamiento de Tabasco, así que ya se imaginaran, pregunté a un local que era lo que exigían y él me respondió que pedían que se heredara el puesto, el pago a jubilados, veteranos y mejores condiciones de trabajo, la verdad es que sus acciones lograron que se hicieran notar, y al parecer ya llegaron a un acuerdo.
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Museo de la Venta
La primera vez que visité el museo de la venta me gustó mucho porque estaba al aire libre, todas las piezas exhibidas al rededor de la selva y puedo decir que nada ha cambiado, aunque quizá si, en esta ocasión vi más vegetación de la que recordaba, fauna silvestre por todos lados, y si, me refiero a los tejones y mapaches que solo pude ver tejones pero me contaron que también salen mapaches.
El museo de la Venta fue fundado por Pelliser en la ciudad de Villahermosa luego de que Pemex por ahí de los 50's encontrara petróleo y otras cosas, y pues él fue quien se llevó las piezas a un ambiente similar al que estaban originalmente. En el museo hay cabezas, estelas, tumbas, monolitos todos de piedra volcánica la cual no se encuentra por ningún lado porque según nos dijeron no hay volcanes cerca.
Como muchos saben, el parque alberga montones de vida, incluído changos, tortugas, tejones, cocodrilos y así, el más famoso de todos, uno de nombre Papillón que ya falleció, murió por ahí de Enero, nos contaron, y el nombre lo lleva por las tantas veces que se fugo de su lagunita en el museo de la Venta, a la laguna las Ilusiones que se encuentra literalmente a ladito, ahora Papillón está disecado en su propia salita con aire fresquito, fotos y toda la cosa.
Lo malo fue que se me ocurrió la brillante idea de usar vestido, y pues mis piernas terminaron comidas por los moscos, aún batallo por no rascarme pero todo esfuerzo es nulo.
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Comacalco
Es el sitio arqueológico más, más bonito que he visitado en toda mi vida, hacía un sol impresionante así que muchas de las fotos las tomé a ciegas y me alegra que casi todas salieran perfectas.
Comacalco significa Lugar de los Comales y como pueden ver apenas lo estaban trabajando, se dice que en caso de que terminen de descubrirlo por completo será más grande que Chichen-itzá, pero yo tengo sentimientos encontrados porque ahorita está hermoso tal cual, encerrado en la selva, pirámides ocultas en los cerros, árboles por doquier, pasto verde, subidas empinadas, bajadas imposibles, y todo es hermoso.
Las estructuras tienen poco más de 2,600 años, están hechas de tabique y cal, y no les miento, yo pensaba que el tabique era nuevo, se ve tan naranja, tan rojo, tan vivo, igual nos contaron que ahí encontraron los vestigios más antiguos de un cementerio prehispánico, donde había más de 160 personas en pose fetal conservadas perfectamente gracias a la cal.
El basamento piramidal más grande entre los pasillos se siente un aire fresquito y rico, por las paredes tan gruesos, y las ventanas que tiene, no conserva el techo pero wow, en su época debió haber estado lleno de esplendor y magnificencia, el guía nos contó que de noche con luna llena el sitio luce hermoso por la cal que usaron contiene conchas marinas y refleja la luz, entonces parece como si estuviera cubierto por diamantina muy, muy fina.
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Paraíso
Anteriormente conocido como Cangrejopólis, por su alta población de cangrejo azul cambió de nombre a Paraíso, por quien sabe que razón, a lo mejor por que parece un paraíso, no lo sé, las aguas son claras, el clima de lo mejor con mucho aire, pasto que parece de caricatura, es completamente hermoso, sigo sin estar segura si se trata de una playa o no, pero algo es seguro ganas no me faltaban de querer lanzarme al agua.
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Hacienda Cacaotera
Ahí si, no tengo ni la menor idea de como se llamaba la hacienda, o el lugar en el que está, solo sé que no dejaban tomar fotos así que a como pude tomé fotos infraganti de las cuales no todas salieron bien, solo estás son las más decentes.
El tour comenzó por el casco de la hacienda, en donde el tatara nieto del dueño original era el dueño actual y decidió transformarlo en un tour, no tengo ni idea de como se llama el dueño, o el fundador, solo se me grabó que tuvo 20 hijos y a todos les dio un terrenito idéntico al de él para que trabajara.
También nos hablaron del proceso del chocolate y de como vivían en la época, diferente a las haciendas del centro de México, en las haciendas de Tabasco los patrones trabajaban a la par de los peones para que pudieran ver que todo estuviera pulcro y tal cual lo deseaban.
El proceso del chocolate es el mismo que en Oaxaca, se extrae la semilla del cacao, se pone a tostar, y les juro que huele delicioso, se separa la manteca del chocolate, se mezcla con leche en polvo, azúcar, pimienta gorda, y otras cosas para sacar lo que es el chocolate golosina, tipo Carlos V.
También tuve la oportunidad de ver la vaina de la vainilla que es muy diferente a como me la imaginaba, es una planta tipo enredadera muy, pero muy muy gruesa y de color verde vivo, no tiene aroma y no sé el sabor pues no me atreví a cortar una hojita con el guía presente de un lado y mi papá del otro.
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El último día me aventuré a conocer Villahermosa que después de haber estado ahí dos días, no lo había conocido en absoluto más que su plaza comercial y ya así que tomé una combi al mercado y mientras iba hacia mi parada pasamos por los cuatro lugares que tienes que conocer para saber de un pueblo, su plaza de armas, su catedral, su mercado y un bar, la gente que se subía a la combi me vio con cara de turista y como no si todo en mi decía turista empezando por los piquetes de mosco y el abanico que no lo soltaba.
La gente tabasqueña es de lo más cálida, amable y dispuesta a ayudar, como era de esperarse no sabía ni para donde ir, pero siempre me dirigían a donde ir, aunque no les preguntara y me daban consejos empezando por cuanto debía cobrarme el taxi.