Te volví a ver, en mayo, después de dos años, tal vez tres.
Te volví a hablar, en mayo, sin esperanza de respuesta, aún así lo hice.
Volvimos a salir, en mayo, luego de haber ignorado tus mensajes, tus felicitaciones y haber desaparecido de tu vida.
Volvimos a saludarnos en mayo, como si nada hubiera pasado.
Fuimos a cenar, hablamos como si el tiempo no hubiera pasado.
No me preguntaste porqué, todavía no me preguntas porqué, tengo miedo que lo hagas, tengo miedo de responder con sinceridad y enseñarte mi vulnerabilidad, no pregunté si seguías saliendo con ella, yo quería presentarte a alguien.
Volvimos a salir en junio.
Regresaste de tu viaje, no dejamos de hablar, y yo me empecé a acostumbrar a ti. Me reclamaste el porqué había desaparecido, no te respondí, fingiste haber bromeado, y para mi estuvo bien.
Volvimos a salir en julio, me dijiste que hubieras querido ser rubio, tener ojos azules, te dije que eres precioso, te sonrojaste, y yo no supe que hacer.
Volvimos a salir y abrazarnos en mayo, y en junio, y en julio, y en agosto, y hace una semana también.
Sin darme cuenta ya te quería, ya te deseaba, ya te necesitaba. No quería quererte, no quería sentirte.
Me describiste, me escribiste, me esperaste, me creíste un nunca jamás, y un día volví a aparecer en tu vida, un día en mayo.
Y un día en septiembre, decidí seguir adelante, y dejar de hablarte otra vez.
Te volví a hablar, en mayo, sin esperanza de respuesta, aún así lo hice.
Volvimos a salir, en mayo, luego de haber ignorado tus mensajes, tus felicitaciones y haber desaparecido de tu vida.
Volvimos a saludarnos en mayo, como si nada hubiera pasado.
Fuimos a cenar, hablamos como si el tiempo no hubiera pasado.
No me preguntaste porqué, todavía no me preguntas porqué, tengo miedo que lo hagas, tengo miedo de responder con sinceridad y enseñarte mi vulnerabilidad, no pregunté si seguías saliendo con ella, yo quería presentarte a alguien.
Volvimos a salir en junio.
Regresaste de tu viaje, no dejamos de hablar, y yo me empecé a acostumbrar a ti. Me reclamaste el porqué había desaparecido, no te respondí, fingiste haber bromeado, y para mi estuvo bien.
Volvimos a salir en julio, me dijiste que hubieras querido ser rubio, tener ojos azules, te dije que eres precioso, te sonrojaste, y yo no supe que hacer.
Volvimos a salir y abrazarnos en mayo, y en junio, y en julio, y en agosto, y hace una semana también.
Sin darme cuenta ya te quería, ya te deseaba, ya te necesitaba. No quería quererte, no quería sentirte.
Me describiste, me escribiste, me esperaste, me creíste un nunca jamás, y un día volví a aparecer en tu vida, un día en mayo.
Y un día en septiembre, decidí seguir adelante, y dejar de hablarte otra vez.