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Cuando tienes un sitio en el cual te sientes a gusto, simplemente quieres regresar. Así es como me siento en mi blog, es un diario para mi, un lugar en donde puedo escribir de lo que quiera y nadie espera nada de mi.

Mi abue enfermó, ya lo estaba desde hace unos días, gripe, pero hoy decayó, era lógico que sucediera, no ha dormido en dos días, y tampoco ingiere alimentos. Sus defensas están por el suelo.

La vida me ha enseñado algo a golpes, y es que las personas que considero mi familia son más importantes que cualquier otra cosa. Él me preguntó si es que saldríamos, y media hora después le contesté que no. Normalmente lo dejaría así, por ésta estúpida creencia mía de que cada quien tiene problemas aún más grandes que los míos, como para quererle sumar los que tengo, pero con él es diferente, y termino por decir las cosas completas.

También he desactivado mis redes sociales, no sé por cuanto tiempo, quizá sólo hasta que aclare mi mente.

Gracias a mi gran estupidez, ayer enfrenté a mi jefa y creo que se cabreó, no lo sé, no recibí respuesta. Al menos el lunes no la veré pues tengo que firmar unos papeles en la escuela ¿Y el martes? Tengo curso, igualmente en la escuela, de modelado y animación con 3D Max, así que faltaré al trabajo, el trabajo en el que no me pagan, en el que cumplo más horas de las establecidas, en el que llego antes que todos, y en el que viajo más dos horas todos los días para asistir.

Tan pequeñas cosas y tan grandes tormentas que suelo hacer de ellas. Creo que simplemente ya estoy harta.