Andaba buscando una bolsa rosa para coordinar un vestido, y mientras estaba en facebook una amiga, la diseñadora de Purple Dahlia, subió una publicación, en la que estaba vendiendo unas cosas entre ellas este jumperskirt, el cual compré impulsivamente.
La verdad es que me emocioné muchísimo por el JSK, lo quería, en aquellos ayeres me encantaba la marca, estuvimos platicando y me contó que por el trabajo ella había dejado de coser y que el proyecto de Purple Dahlia había quedado de lado, y sin pensarlo más lo compré, me pareció que era HERMOSO, tan hermoso que se me olvidó preguntar las medidas y asumí que me quedaría.
El proceso fue el de siempre pagar, mandar comprobante y esperar a que lo enviasen.
Cuando llegó, lo vi y me emocioné, era PRECIOSO, era más hermoso que en la foto, que va, un sueño de vestido, los detalles, la tela, todo en el era perfecto, el problema es que al probármelo me quedó enorme, ni ajustando el lacing me quedaba.
Ese mismo día que llegó lo vendí, lo vendí a lo que me costó, preferí que estuviera en un lugar donde fuera usado y querido, conmigo este vestido se hubiera quedado en el fondo del armario.
Me da algo de tristeza que un vestido tan bonito no lo vaya a poder usar, y que las marcas que solía amar muchas ya no existan, pero supongo que es de esperarse, cuando empezamos éramos universitarias, teníamos más tiempo libre, y ahora tenemos trabajos y otras responsabilidades.
Mi lección aprendida con este vestido son dos, la primera es siempre preguntar medidas, y la segunda es comprar las cosas que deseo en su momento, las segundas oportunidades son muy raras, pero en el lado positivo, ya tengo la bolsa rosa que tanto quería.
No comments:
Post a Comment