Hace unos tres años, recién estaba empezando a vestir lolita, y un día me dije, quiero vestir lolita a la universidad. ¡Y lo hice!. Me leí todo lo que pude encontrar sobre casual lolita. Y lo tenía ya todo cubierto, según yo. Pero según yo, también me veía súper bien.
Me encantaría decir que mi experiencia fue maravillosa, que fue lo máximo y que lo recomendaría a cualquiera, la verdad es que no, no fue nada de eso. Apenas estaba empezando a usar lolita, todavía ni sabía coordinar, es más creo que ni sabía como combinar ropa normal, y la verdad es que lo que usé era ita a más no poder.
Con toda la ilusión del mundo planeé mi coordinado, una falda réplica hecha por Sunako, una gabardina azul de Aliexpress, zapatos de charol Dear Lenore, una blusa de Bodyline, de esas que te hacen ver los hombros de coreback, y medias blancas... ah y mi mochila roja que no podía faltar.
Cuando bajé las escaleras a despedirme de mi mamá, mi mamá parecía que se estaba mordiendo la lengua por decirme que no combinaba en lo absoluto, ¿eso de que el azul y el café no se llevan, alguien lo recuerda?.
Claro, que las reglas están para romperse, pero primero hay que saber como, y OBVIAMENTE yo no sabía como.
Doy gracias al cielo de mi decisión de vestirlo el miércoles, que los miércoles en mi Universidad eran los días en los que casi no hay clases, pero elegí precisamente esa semana porque ni siquiera tuve clase, sólo tuve que hacer una entrega de proyecto e irme a mi casa. Parecía el día perfecto para ir tentando las aguas.
Y oh por dios, qué bueno que lo hice, estoy súper segura de que fue gracias a ese día que comprendí a la perfección varios conceptos incluyendo el de "parece que te vestiste en la oscuridad", aunque mis compañeros eran bastante raritos yo me llevé el premio ese día.
Todavía me acuerdo que entregué proyecto y una compañera me dijo "Me gusta tu... atuendo, pero ¿por qué te veniste así?", ¡rayos! que no estaba preparada para la pregunta, le dije lo de siempre: "porque me gusta". Trágame tierra. La cara que puso cuando le respondí... si yo hubiera tenido mínimo entendimiento en ese entonces de lo que lucía bien seguro también hubiera puesto la misma cara.
Después de eso me fui al coche y de regreso a mi casa, no quería quedarme un segundo más, sentí pena ajena ¡DE MÍ!. ¿Lo primero qué hice?, decirle adiós a las "prendas de batalla", me quité el petti en tiempo récord. ¿Qué había pasado con esa seguridad con la que salí? Fácil, fue el día en el que aprendí también que hay tiempo y lugar para todo. Pero al menos me quité las ganas de usar lolita en la escuela y de paso hice de los osos más grandes de mi vida universitaria, porque obviamente hubo más.